domingo, 23 de mayo de 2010

Sonrie, estamos vivos


Ayer fui a la fiesta de cumpleaños de un par de sobrinas, (y si me siguen por twitter se percataron de que me la estaba pasando bien) y en verdad que si.
Recuerdo con mucho cariño las fiestas que tuve en mi cumpleaños, me gustaba que llegara la gente, los vecinos, la familia, ver el corredor y el jardín de la casa llenos, y por supuesto ¡los regalos!.
Cada vez los festejos se fueron reduciendo (por obvias razones) a tal grado de que cuando ya no era edad de romper piñatas era menos la gente que se invitaba (a estas alturas solo es una reunión con la familia que vive en esta ciudad, viene mi abue de Tabasco, quien también cumple años ese mismo día), de tal manera que se hace algo tedioso y rutinario, ya no lo disfruto tanto, porque te vas volviendo adulto y las cosas cambian, aunque en el fondo me alegro por todo lo que he vivido y he disfrutado, no cambiaría nada ni a nadie y que ese día convives de una manera mas cercana con los seres queridos.

El caso es que era la piñata de mis sobrinas (3 y 5 años) y todo era muy divertido allí, el tema era de Backyardigans y evidentemente era la decoración así (mi prima, la mama de las niñas) tiene un muy buen tino para organizarlas (ya lleva 2 años así y me divierto como enano).
Yo estaba botado de la risa con el espectaculo de las botargas (no hay cosa mas simpática que las botargas), el payaso que llevaron (era muy bueno en sus chistes, lo equilibraba en humor familiar, para niños pero también para los adultos).
Lo que paso es que me divertí mucho y son de esos momentos en que te olvidas de todo y disfrutas con la familia, tal y como todos esos “2 de Agosto” que tanto disfrute en mis primeros años de vida.

Y es que tal vez usted querido lector va a decir “¿pero a estas alturas que tiene de divertido una fiesta infantil?”, es cierto, eso es para niños, los adultos solo van a platicar, a comer, a llevarse los recuerditos y a quedarse sentadotes, igual los jóvenes, pero pues no deberiamos de inhibirnos en ello, hay que saber disfrutar de todo, no porque tengamos 13,15,17,21 o lo que resulte nos vamos a sentir “en la onda” y nos hagamos los seriecitos, o que el evento nos resulta irrelevante.

Hacía mucho tiempo que no reía tanto como lo hice ayer y en verdad que me fue útil, no se tomen las cosas tan en serio, dense un tiempo para respirar, disfrutar y agradecer.

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